miércoles, 16 de marzo de 2011

Ensayo Nº 1

Este espacio es para exponer los trabajos realizados por nuestros compañeros, en el cual expresaran sus inquietudes a través de la creación literaria...
A TU MANERA

Un día cualquiera, clase cualquiera, hora cualquiera. La clase transcurre con total normalidad hasta el esperado toque de la campana. Con una rapidez envidiable la sala se vacía en tan solo unos segundos, quedando solo triste y abandonado el súper-celular touch de Jaime y uno que otro personaje. No pasan más de 2 minutos cuando Jaime se percata de esta situación, con desesperación vuelve a la sala y a lo lejos ve a la última persona salir del aula, Daniel, al cuál le pregunta si vio por casualidad su celular. ¡¿Insinúas que me lo robé?! Pregunta y exclama sorprendido Daniel, a lo que Jaime responde – Para nada, solo preguntaba –. Días más tarde Daniel sorprende a su familia con un moderno celular touch.
Tan claro como el agua. ¿No ves que es fácil mentir? ¿No ves que es fácil ser hipócrita? ¿Por qué existirá esa manía entre las masas de fingir algo que no es solo para obtener beneficios? Preguntas, preguntas y más preguntas.
Tenemos en nuestra cabeza el deseo constante de competir, y por supuesto, salir victoriosos, a veces, sin importarnos el precio. Es algo que de pequeños vamos poniendo en práctica, y vemos sus resultados a medida que crecemos. Es más que un hecho, que sin competencia nuestra sociedad, nuestra cultura, nuestro mundo no sería el mismo y, probablemente, no funcionaría, pero ¿Es necesario que recurramos a lo mas bajo de nosotros mismos para vencer en esta lucha por sobresalir y resaltar?
En la educación, al igual que en la política, la hipocresía es casi una obligación, algo así como “gana el más hipócrita” (lema no aplicable para todos por supuesto) y no hay que ser un experto en la materia para darnos cuenta, solo basta con dedicarle tiempo y reflexión a este tema para adentrarnos en este mundo de mentiras donde, una vez dentro, es casi imposible salir.
He notado con el paso de los años que en algunos colegios se hace uso y abuso de su “renombre y buena fama” y nos venden una promesa de educación espectacular, no solo en lo académico, sino que también en lo espiritual, pero a la hora de ponerlo en práctica, nos damos cuenta de las abismantes diferencias entre el lema que compramos y lo que nos están dando.
A uno de estos colegios pongámosle nombre: “Colegio Los Nogales”. En cuánto a lo académico no hay duda alguna, es una educación académica de excelencia y envidiable; Vuelvo a repetir, en cuánto a la educación académica, nuestro colegio es un ejemplo, pero ¿Qué pasa si nos fijamos en la “otra” educación, esa que habla de lo espiritual, de la que nos hará grandes personas? Preguntémonos ¿Concuerda realmente con lo que “nos venden”?
Uno de los fuertes de los que habla el colegio es esto mismo: la educación espiritual de sus alumnos, pero yo, como alumno desde hace 12 años del colegio me lo cuestiono, y mucho. Días atrás escuche una noticia que incluso logró sacarme una burlesca risa: “El día domingo habrá una peregrinación por nuestra santísima Virgen del Carmen y los alumnos que quieran ir tienen que ir con su uniforme de colegio completo y además podrán optar por venir con buzo o ropa de calle el día lunes”. Sinceramente creo que el hecho de dar un “incentivo” tan extravagante como ese es una burla, de partida, ¿No es razonable que un alumno que de verdad este interesado no exija a cambio un “beneficio” por asistir? O por lo menos si se va a dar un incentivo, que este sea acorde a la actividad que se va a realizar. Creo que más que un premio para las personas que si están interesadas, este es un incentivo para las personas que no están interesadas, con el objetivo de llevar mas gente a la peregrinación y así la “buena fama y renombre” de nuestro querido colegio aumente.
Otro punto que me parece relevante, es la supuesta importancia que se le da a los valores de cada uno como persona en el colegio, ya sea respeto, honestidad, responsabilidad y un sin fin de valores morales y personales; y digo supuesta importancia  ya que las ocasiones en que efectivamente se explotan y toman en cuenta estos valores son muy pocas; si a un alumno que tiene notas de promedio 4 o 5 con un altísimo valor espiritual (y hay que dejar en claro que las notas no son un reflejo del alma) lo ponemos en la balanza con otro alumno que tiene notas de promedio 6 o 7 pero con una riqueza emocional y espiritual deplorable ¿Quién pesará más para la “fundación Los Nogales”?
Ocurre un incidente en una clase, algún alumno roba una prueba. Como principal sospechoso llaman a dirección al alumno mas desordenado y dentro de los que se catalogan como “porros”. Tiempo después se descubre que el alumno que robó la prueba fue ni más ni menos que un buen alumno, y aún así, a pesar de lo grave del asunto, este alumno no recibe el mismo trato que el más desordenado.
Con este ejemplo no se busca una mayor sanción para el alumno involucrado, pero sí cierta “igualdad” de condiciones para ambos alumnos, que no por tener diferentes notas, tendrán diferente valor espiritual y emocional.
Creo, sin duda alguna, que es esta la hipocresía educacional de la que hablo, una hipocresía competitiva en donde se busca llamar la atención de las personas en base a hechos o acciones que no siempre son lo que parecen. La educación no es a tú manera. Tú verdad no es la verdad. No digo que no nos inflemos el pecho para decir algo, sino que ese “algo” por muy insignificante que sea, sea efectivo. La hipocresía no se soluciona dejando de hablar, se soluciona cumpliendo nuestras promesas, siendo responsables.
“Una acción vale más que mil palabras”.

Andrés Leal Vilches
4º Medio B
Electivo biólogo

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